Muros reales, muros virtuales

Jugando a saltar los muros

La presencia real o ilusoria del muro se ha convertido en una constante referencia en la obra más reciente del artista Abel Barroso. Si bien el tema de las fronteras venía apareciendo en su creación desde el 2007, se consolida con gran fuerza plástica en este proyecto. Para Abel ha sido clave en sus piezas jugar a desafiar las líneas divisorias que desde la política, la idelogía, la religión, la cultura trazan los individios, así como los propios límites que nos inventamos. De ahí que Muros reales, muros virtuales (1) se convierta en un ejercicio para liberar nuestra imaginación hacia esos otros mundos que nos brinda el artista.

Otra vez está la predilección de este creador por la técnica xilográfica y su atrevida decisión de exponer la matriz, convertida en una obra tridimensional. Este hecho unido a sus ganancias conceptuales lo hicieron insertarse en una promoción de artistas hoy denominada la generación de los noventa. Mantenerse en la misma técnica durante tantos años le ha permitido explorar, en esta última serie, en obras que muestran rebuscadas morfologías, nótese por ejemplo en Outsourcing o el Norte y el Sur, el Basurero, Casi llego. Sobresale también en Abel la manera con que logra calar en lo más profundo de las duras realidades actuales desde un matiz irónico y a la vez lúdico donde deslizarse por una supuesta pista de patinaje, o probar suerte para colar el aro en el lugar deseado- son algunas de las iniciativas para emprender el viaje imaginario.

Estos nuevos objetos están plenos de alusiones a términos ambivalentes Primer Mundo/Tercer Mundo, pobreza/riqueza, desarrollo/subdesarrollo, que el creador enfatiza insistentemente a través del contraste entre los grandes edificios siempre frente a las sencillas casitas. Quizás la persistencia del muro sea la que incite en el espectador una respuesta. ¿Quién se atreve a cruzar? Tal vez no podamos ver la infinidad del muro pero intentemos saltarlo.

Nellys Manso. La Habana, agosto de 2010.

(1) Título dado a la exposición personal de Abel Barroso en el espacio Saint Rémi, Bordeaux, Francia durante el mes de mayo de 2010, donde participó como comisaria la investigadora Michèle Dalmace.