Vidente

Marta María Pérez diciembre 2011

La región difícil de la fotografía (1)

El interés de Marta María Pérez por el espiritismo y por lo oculto se ha hecho más relevante en sus proyectos de la última década, mediante representaciones de seres que están en el umbral entre lo real y lo fantástico. Ahora que comienza a realizar obras en video está añadiendo a esos temas la efectividad visual que se deriva de la imagen en movimiento. Todos los relatos que confluyen en esas obras se articulan como ficciones, sea el relato sobre la muerte y sobre la vida después de la muerte, o el relato sobre el cuerpo y su doble o el relato sobre las intersecciones entre un mundo material y un mundo espiritual o, finalmente, sobre la correlación entre lo visual y lo invisible.
Toda la obra de Marta María Pérez se basa en la construcción de lo invisible como presencia afectiva, que atemoriza, que intriga, pero que siempre es fascinante. Algunos de los videos que ha realizado recientemente otorgan un nuevo matiz a esa producción paradójica de la invisibilidad. En Un secreto (2011) produce un texto que nunca será leído y que deja en el espectador la sensación de que el video y la acción que lo origina son dispositivos para producir lo invisible como ilegible. En Un acuerdo (2011) susurra en la boca de una botella palabras que nadie escucha y que quedan ahí encerradas como el testimonio intangible de una conversación con un interlocutor desconocido. Su serie Incrédulos por decepciones (2011) consta de varios videos que muestran el desplazamiento de pequeños objetos. Este último proyecto toma su título de la compleja y exhaustiva clasificación de incrédulos y materialistas que hizo Allan Kardec en El libro de los mediums.
Puede parecer contradictorio que la artista acuda al concepto de incredulidad para hacer representaciones cuya efectividad radica en la fuerza de creencia que producen los medios visuales, pero esa contradicción ha estado siempre latente en su trabajo, por la tensión entre la capacidad persuasiva del documento fotográfico y la constitución ficcional de sus representaciones.
Y sin embargo eso no impide que estas obras se perciban como esencialmente religiosas. Y con esto quiero decir que no son solamente representaciones de objetos de culto, ni representaciones de la religiosidad de los otros. Las obras de Marta María Pérez son religiosas porque son representaciones de su propia religiosidad. No ilustran sobre el modo en que los otros se relacionan con lo sagrado, surgen de la propia relación de la artista con lo sagrado.
Entender eso ayudaría a liberar a esta autora del peso de lo etnográfico, que siempre ha estado latente en las lecturas de su producción fotográfica, sobre todo en la etapa en que estuvo más vinculada a las representaciones de las religiones afrocubanas. Porque si bien uno de los encantos de su obra es la manera poética en que relata al otro, lo que hay que tener en cuenta es que relata al otro sólo en la medida en que se relata a sí misma (también poéticamente) como otra.
El guardián (2010) es la foto que resume de manera más literal ese juego de desdoblamientos. Es un autorretrato frontal, construido por la superposición de dos imágenes, una más nítida, la otra más transparente. Las dos fotos son casi exactas, con la excepción de que en una la figura tiene los ojos abiertos y en otra los tiene cerrados. Los ojos coinciden y engañan la mirada del espectador. De pronto parece que miramos a una mujer dormida y de pronto parece que es una mujer despierta, de pronto parece que vemos a una persona y de pronto parece que vemos a su doble, su aura o su fantasma.
Ese desplazamiento también se asocia a la cualidad de ruido o error, implícita en todo montaje, pues en las obras recientes de Marta María Pérez el error se ha convertido en uno de los textos más perturbadores. En la serie No son míos (2007-2010) el error se expresa como desajuste entre planos visuales, lo que frustra la expectativa de ilusión contenida en el uso de las herramientas digitales, ilusión visual que no es más que la recodificación tecnológica del efecto de tridimensionalidad, volumen y espacialidad que está en la base del realismo fotográfico.
Si en las fotografías de esa serie se recrea la lógica mortuoria de la máscara por la yuxtaposición del retrato del muerto sobre el retrato de la persona viva, en la serie Travesía (2011) esa lógica se hace más explícita, y casi redundante, por el uso de reproducciones fotográficas de máscaras africanas. Las máscaras en este caso no están sobrepuestas ni proyectadas sobre el rostro, están literalmente fundidas. El rostro y la máscara forman una nueva entidad y generan una nueva identidad.
La lógica de la máscara es la lógica de la sustitución y el montaje. Es también la lógica de la ficción y la simulación asumidas por un sujeto que se relata a sí mismo como si fuera otro. Pero no es la lógica del engaño. La máscara no pretende hacerse pasar por el rostro verdadero. La máscara es señalada como un artefacto, al tiempo que señala a una presencia como ausencia.
Las fotografías de Marta María Pérez siempre se han movido dentro de esa zona, que Barthes señalaba como la región difícil de la fotografía, pero es más bien porque su exceso de sentido pasa también por la deconstrucción del concepto de retrato. Todo retrato deviene la articulación de una serie de enunciados sobre la identidad del retratado, pero lo que hace Marta María es opacar esos enunciados por la superposición de representaciones del propio dispositivo de enunciación: otro retrato, en el caso de No son míos, o una máscara, en el caso de Travesía. Con eso, ambas series parecen radicalizar tanto la configuración transtextual del retrato como la enunciación transversal de la identidad, operaciones que ya venían anunciadas en alguna de las fotos de la serie Sueños y estigmas, e incluso en obras anteriores, en las que el enmascaramiento aparece más bien como dispositivo de invisibilidad.

Por Juan Antonio Molina

(1) Fragmentos del ensayo Un escalofrío en el agua de la cubeta. René Peña y Marta María Pérez: Relaciones negativas (Catálogo de la exposición). Centro de Arte La Regenta. Las Palmas de Gran Canaria, 2011

Obras

Un acuerdo

Marta María Pérez 2011

Incrédulos por decepciones

Marta María Pérez 2011

Un secreto

Marta María Pérez 2011

Un camino oscuro I

Marta María Pérez 2011

Muchas veces por sí mismos

Marta María Pérez 2011

Un camino oscuro II

Marta María Pérez 2011

De la serie: Travesía

Marta María Pérez 2011

De la serie: Travesía

Marta María Pérez 2011

De la serie: Travesía

Marta María Pérez 2011

De la serie: Travesía

Marta María Pérez 2011

De la serie: Travesía

Marta María Pérez 2011

De la serie Exvotos

Marta María Pérez 2011

De la serie Exvotos

Marta María Pérez 2011

De la serie Exvotos

Marta María Pérez 2011

Guardián

Marta María Pérez 2010

Artistas