Estudio/Trabajo

Elvis Cellez González August 2022

PÓRTICO

El muy personal expresionismo al que, durante años, nos ha habituado Elvis Céllez, alcanza en este conjunto de piezas hiper-representativas una dimensión vibratoria que, en principio, tiene su origen en la lectura de ciertas imágenes cinematográficasque ya se han convertido en iconos culturales e ideológicos en su más amplio sentido.El cine los ha puesto en circulación,con éxito singular, casi desde sus mismos inicios,y ahora se juntan aquí como para advertirnos que la referenciación a la cual se somete la vida en la pintura también pasa por el cine (o se simultanea con él) cuando determinados gestos/personajes de la ficción audiovisual se integran en lo cotidiano y contribuyen a explicar, testificar y enriquecer la experiencia de la emoción humana desde el punto de vista de la emoción estética.
Esos iconos, encarnados en lo esencial por personajes de ficción (incluida la ficción y el mito que rodean al hombre de la perestroika, Mijaíl Gorbachov), han tenido un influjo apreciable en la mentalidad popular contemporánea y mantienen todavía un diálogo de provecho con diversas zonas del arte y de la existencia. Esta muestra procura reactualizar el nexo de dichos iconos con la realidad inmediata.Estas piezas son, en buena medida, intervenciones en dichos iconos a la vez que los homenajean.
La imagen audiovisual es aquí, pues, fuente y origen, al tiempo que se trata, como he dicho, de la representación de la representación (hiper-representación o sobre-representación), un proceso de semiosis doble donde se establece una continuidad: la imagen audiovisual hace su parte y es irrevocable, pero el pintor hace la suya en una maniobra de persistencia y prolongación al replegarse, “entrometerse” y adicionar.
Quizás los orígenes conceptuales de esta muestra se encuentren en la injustificable separación de los sistemas artísticos, donde por lo general los referentes de la pintura no dialogan con provecho con los referentes de la literatura, ni los de la literatura con algunas otras prácticas artísticas. Siendo el cine imagen en movimiento, y la pintura un arte donde el movimiento es simulación y técnica en busca de una idea, cabe sostener que la proximidad de ambos mundos da como resultado una intensidad de sentidos, y más si el centro de atención se halla en esos iconos.
El propósito de la muestra queda cumplido cuando estos iconos son acechados y escudriñados por la pintura de Elvis Céllez, y acaban reacomodándose en una “longitud de onda” distinta de la mirada, pues ella escapa (y esto es muy importante) del automatismo de la percepción y trae otra exuberancia, otra fertilidad. De alguna manera ese acto de des-automatizar forma parte de las interrogaciones de hoy acerca de los límites de la conciencia, la inaceptable ferocidad de ciertosordenamientos sociales, el dilema crítico del humanismo, la noción misma de lo humano, así como la incertidumbre y la angustia que caracterizan cualquier meditación donde se mida la capacidad para gestionar nuestras emociones en torno a lacrueldad, la compasión y la eticidad de nuestra época.

Alberto Garrandés
La Habana, 2022

 

 

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