Historias mal contadas

Historias mal contadas

El arte tiene la capacidad de hacer de la mentira la única verdad, y es absurdo utilizar la verdad y lo real en él, pues todo es una representación que nosotros llenamos de contenido.

Rosa Olivares. Catálogo de la exposición de Cindy Sherman en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Como un errante aristotélico Humberto Díaz encuentra historias a su paso por el mundo. Objetos olvidados de manera intencional o por descuido, son re-descubiertos por el artista y llevados a la galería, concentrando en ellos toda un aura de misterio que logra elevar lo cotidiano a extraordinario.

En un deseo por disfrutar con las eventualidades, el azar y el encanto de lo irracional, la exposición compendia un grupo de videos e instalaciones que aislados parecen fragmentos fortuitos. El devenir, la alteración de lo habitual, las fracturas y desencuentros son pistas para adentrarnos en un lenguaje experimental que aborda problemáticas tanto sociales como culturales en diferentes contextos, encauzados a meditar sobre la propia introspección del individuo y su interpretación relativamente errónea o acertada de la realidad.

Es, en medio de este desconcierto, cuando nuestra obsesión de subordinar la experiencia sensorial al conocimiento objetivo y el orden lógico de las cosas, incita la búsqueda de conexiones que activan la memoria del que observa hacia situaciones similares experimentadas, estimulando una revelación íntima y a la vez universal.

Con Historias mal contadas el artista se introduce en la contemplación de situaciones banales, de objetos intrascendentes y transporta al espectador hacia su mundo, extraño pero simbólico, donde la realidad de las cosas se pierde, el espacio, el equilibrio y el tiempo desaparecen y no quedan sino elementos simultáneos en desorden que sólo la percepción individual puede lograr articular.

Tania Hernández